Sunday 31 July 2011

De las carreteras en Sidney

Dice Cristina, zamorana que vive aqui, y dice con mucho criterio que cuando te vas a vivir fuera tienes dos opciones basicas. La primera es la que denomina el sindrome de la tortilla de patatas. Consiste en denigrar lo que ves porque lo tuyo es lo mejor y lo echas de menos (quien no echa de menos una buena tortilla de patata con cebolla, por supuesto). La otra es la opuesta. Lo tuyo es una mierda y alucinas con lo que ves en tu nuevo lugar de residencia.

Por supuesto, como ella dice, la clave esta en algun sitio intermedio donde elogias lo que es mejor y criticas lo que es peor. Supongo que no es facil, pero es cierto. Lo que esta claro es que si hay que elegir un extremo uno se queda con el segundo porque ya que estas aqui, mejor disfrutalo.

Como seguro que tendre ocasion de contar mil cosas buenas, hoy que es lunes y el humor anda acido os voy a hablar de las carreteras de Sidney. Son, siendo positivo, mejorables.

Todo lleva una eternidad en Sidney. Eso se debe a una combinacion letal. Muchos coches, calles estrechas y limites de velocidad bajisimos que respetas porque la alternativa es que te saquen la foto. Ayer domingo fue a buscar a mi hija y mi sobrina a Chatswood. Debe haber unos quince km, no mas. Vuelta a casa. Domingo. Sol, no lluvia. Esos treinta km me llevaron una hora y cuarto.

Asi es, no pasa nada. Es cuestion de aceptarlo. Lo que mas me incordia es lo estrechas que son algunas calles. Paras en el semaforo y le ves el carnet de identidad al que esta al lado. Si te toca un autobus en el carril adyacente, es cuestion de respirar hondo y pasarlo cerrando los ojos. O quedarte detras. Pero al lado es impensable. Te sientes acorralado. Ocupa el carril entero. Asi que huyes..O te escondes.

Porque la realidad es que esas maravillosas carreteras que tanto nos preocupan en Europa aqui, simplemente, les dan igual. Aqui la Naturaleza es salvaje y mejor disfrutalas. Es lo que yo hago cuando me quedo atrapado en el Spit, un sitio precioso para contemplar el mar y los yates a los dos lados mientras estas atrapado en el (unico) carril que deja libre el bus. No es eso mejor que que te pase en la Castellana?

Porque eso si, aqui te atascas en silencio. Los australianos no usan la bocina y, mas increiblemente aun, son devotos de los intermitentes. Pero de eso, y de su respeto casi enternecedor por las colas, hablare otro dia.

Saludos a todos










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